Todo sigue igual
Volví a la facultad despuès de un año de ni pisarla. Despuès de que la gente con la que empecé la carrera me invitara a sus fiestas de licenciatura, despuès de darme cuenta de que tener un título puede servir para algo y de que Puan no es solo un meeting point rodeado de cafes para charlas interminables.
Pensé que no me iba a encontrar con nadie, que todos iban a ser post-puberes recién salidos del CBC preguntándose si Panesi se escribe con C o con Z y quejandose/festejando estupidamente por el porro del patio.
Pero no. Entré a mi primer teórico del año y no sólo me econtré con una amiga sino que de las 100 personas que había en el aula por lo menos con 10 ya había cursado más de dos materias pero nunca jamás con ninguno habñia intercambiado una palabra. Y, si...pensé, mi vida es una serie argentina de bajo presupuesto, los extras son siempre lso mismos. Es una pena que yo sea una protagonista/espectadora que tenga una memoria tan aterradoramente eficaz porque si no tal vez podría no darme cuenta del patetismo de todo el asunto.
Lo bueno del no cambio, para toda chica interesada o aburrida es que los grafittis sanitarios de Pao y Milva dos lesbis sexys y puerquitas te sacamos la lechita siguen dónde siempre. La verdad es que hace tantos años que los leo que si esas chicas verdaderamente existen a esta altura deben ser dos cincuentonas mas parecidas a las hermanas de Marge que a las chicas de T.A.T.U. Tal vez algún día las llame, si, si, el día que me decida que quiero dejar los anteojos y volver a la charla interminable de café las llamo, esas si que deben tener un par de cosas para contar...