Friday, January 13, 2006

En busca del destino

En busca del destino:

Que loco. Hoy es 13 de enero. Trece del mes uno. 13/1. Capicua. Tiene mala fama el trece, pero como todas esas supersticiones, hay quien cree que traen mala suerte y quien cree que todo lo contrario. Yo, no se si por peleadora o porque siempre me gusto llevar la contra formo parte del grupo de “quien cree todo lo contrario” asi que cada vez que veo una escalera en la calle intento pasar justito justito por abajo para atraer la buena fortuna. Igual debo confesar que algunas veces creo que tal vez los que no creen todo lo contrario tengan razón y que me estoy haciendo las cosas mucho más difíciles en la vida atrayendo tanta yeta. La cuestión igual es que soy una persona suertuda en general, bastante suertuda. Y bastante supersticiosa. Y mi buena suerte me hace creer que creer todo lo contrario es lo indicado.
Pequeño preámbulo para explicar que hace días que estoy esperando el día de hoy. Porque hace más de un mes que el número trece me persigue, aparece en todos lados y siempre indicando suerte. Habitación 213, primer número que apuesto en mi vida en el casino: 13 (y gané, yeiiiii), me fui a vivir sola el 13, mi ultimo amor fue mi chico numero 13, y el otro dia caminando por la calle con un amigo me encontré un papelito tirado de un hotel que decia 313 lo cual funciono como una total confirmación. Asi que solita, me invente que el dia trece me iba a pasar algo maravilloso (para los que no me conocen, “algo maravilloso” es solo una abreviación de: voy caminando por la calle, entro a un bar chiquito, sin televisor, con una luz tenue pero con una mesa en la ventana con buena luz natural, sin música salvo el ruido de la maquina de café, me siento en esa mesa, abro un libro, me pongo a leer desinteresadamente –cosa que es imposible porque dada esta imagen cada vez que leo en un bar lo hago interesadamente- y pasa caminando El. (para los que no me conocen y no conocen a ninguna mina, abreviatura para el amor de mi vida) –de hecho hace un par de meses me ocurrió un suceso muy muy similar, incluso en lo desinteresada de la lectura, entro el, toda la historia y me invito a salir. Salimos y aunque todo me demostraba que el no era para mi yo estaba convencida de que tenia que seguir intentando y un dia me daria cuenta de por que el era el amor de mi vida. Pero no. Me dejo unos botones muy lindos de regalo igual.) Porque es trece y porque encima es capicua.
Y aca estoy….esperando. No terminó aun el día. Iba a salir a la noche, pero mis amigas me dejaron plantada y eso disminuye las posibilidades de que el día sea el día de la suerte. La verdad es que hasta ahora lo único que me pasó es que fui al banco Rio a pagarle algo a mi papá y había un tipo raro justo atrás mio en la fila y me miraba y me miraba (porque obviamente que me vestí linda hoy, si es el día que tengo que conocer a mi futuro esposo!!!, no quiero que después les diga a nuestros hijos “tu mama tenia puesta una camisa tan horrible el dia que nos conocimos”) y tenia una cara de delincuente…pero por suerte mi creencia en el destino tiene un limite y por las dudas si lo que me iba a pasar de extraordinario un dia trece no era algo lindo sino feo, por las dudas, no le di mi teléfono al señor de la fila…
Y acá, aburrida, pensando…me abrí un blog. Tal vez el amor de mi vida sea una computadora y yo no me había dado cuenta. Tal vez estoy leyendo mal las señales que me da el destino. ¡Tengo que estar más atenta! Tal vez el ladrón de bancos era él y yo no supe darme cuenta. Tal vez ahora me vaya a sentar a un bar, con mi novelita de Auster a no esperar que un chico en la mesa de enfrente abra el mismo libro, la misma edición, en la misma pàgina, al mismo tiempo y me sonría.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home